martes, 10 de septiembre de 2013

"HILVANANDO LA VIDA" (1)

Cuando Juan se levantó Mariana aún dormía. La verdad es que era muy temprano y aunque ya no hacía frío, todavía apetecía quedarse un rato en la cama hasta que acabara de amanecer. Pero Juan ya estaba cansado de estar despierto pensando y recordando y decidió que estaría mejor en su mecedora a la entrada de la casa, con la puerta entornada tal y como hacía durante toda la primavera y el verano, hasta que llegaba el frío del invierno.

La sombra daba durante toda la mañana en la fachada de su casa y duraba hasta el mediodía,que era cuando Juan y Mariana echaban el cortinón y cerraban la puerta porque ya no entraba fresquito sino flama. Después de comer, se sentaban a dormir la siesta en la parte opuesta de la casa, cada uno en su mecedora a la salida del patio, bueno, del corral como ellos lo habían llamado toda la vida, que lo del patio era más moderno.

En él, Juan había tenido huerto hasta hace pocos años, y ahora, seguía criando sus gallinas y recogiendo los huevos cada día a sus noventa y cuatro años, porque formaba parte de su vida, porque le servía de distracción y porque sus hijos le tenían dicho que mientras que pudiera lo siguiera haciendo para mantenerse ágil y útil. La verdad es que no se fiaba de salir al corral sin su garrota y aunque andaba despacio, no tenía dolores ni problema para subir los trancos, pero desde aquella vez que tropezó y se cayó de boca al suelo, Mariana le dijo que a partir de ahora, iba a andar siempre con la garrota de su padre que tenía ella guardada por si algún día les hacía falta, además,él ya tenía una edad y así iba más seguro al andar.

Y es que casarse con Mariana, la hija de Blasa la "peinailla",era lo mejor que había hecho en su vida. Lo supo desde que se fijó en ella, cuando la veía pasar cada tarde por la puerta de su casa para ir a coser. Mariana era una muchacha de piel clara, rostro dulce y belleza serena, de cuerpo menudo, pero con porte firme y paso rápido que eran el fiel reflejo de una personalidad luchadora, fuerte y con caracter.

Iba vestida de negro porque sus padres habían muerto con tan solo dos meses de diferencia y ella les guardaba luto. Resultaba curioso que precisamente lo que más le atrajo de Mariana era que aún vistiendo de negro, irradiaba una luz especial que hacía que sus ojos se pegaran a ella hasta que desaparecía al volver la esquina de su calle. Juan no olvidará mientras viva lo que sintió la primera vez que la vio. Le cambió la cara y su mirada era una mezcla de sorpresa, incredulidad y admiración ante tanta belleza y candor y Juan supo desde ese momento que se había enamorado de ella para siempre.
Al faltar los padres de Mariana, sus abuelos se hicieron cargo de sus cuatro hermanos varones,y a ella,que era la única hembra y la más chica se la llevó su tía Dolores.

CONTINUARÁ....


2 comentarios:

  1. Que bonito, estoy deseando leer la historia completa. Prima

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  2. Me ha encantado¡¡¿Para cuando la 3º parte ? besos

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