lunes, 25 de febrero de 2013

FILOSOFÍAS DE VIDA

Con el paso del tiempo he ido comprobando que en este mundo, cada uno se va haciendo su propia filosofía de vida, ya sea para bien o para no tan bien, pero el caso es que me parece muy curioso ir comprobando como esto se utiliza muchas veces para justificar un comportamiento.

Contaba mi abuela Valentina, que había una vez un hortelano, que cansado después de un duro día de trabajo en el campo arando, regando, trillando, cuidando de los animales... volvió a su casa, donde vivía con su padre y su hermana. Cuando entró se lavó, se cambió de ropa y se sentó a la mesa para cenar. Entonces su hermana, le dijo:

"Juan, no te voy a poner la cena todavía porque papa se ha puesto muy enfermo y está en la cama esperando al médico y me parece muy feo que tú te pongas a cenar como si no pasara nada".

Juan por supuesto dijo que sí y permaneció sentado a la mesa una hora tras otra mientras su padre seguía en la cama exactamente igual que cuando él llegó.

Viendo Juan que ya habían pasado cuatro horas y que ni el médico aparecía, ni su padre mejoraba,dijo:
"Vamos a ver Antonia, ¿Qué hacemos?... PORQUE AQUÍ NI SE MUERE PAPA NI CENAMOS"

La filosofía de vida de Juan era eminentemente práctica y estoy segura de que más de uno de nosotros, en alguna ocasión, hemos querido pronunciar esta frase aunque no lo hayamos hecho por no quedar mal. En casa es un clásico y se utiliza con bastante frecuencia, sobre todo, cuando alguno de nosotros tiene prisa en conseguir lo que quiere, o sencillamente no tiene ganas de aguantar las "batallitas" que otro cuenta, o cuando yo me pongo a coser o hablo por teléfono con mis amigas y no veo el momento de dejarlo.


Claro que para filosofía práctica de la vida está la de Miguel, el abuelo de mi amiga Carmen, que cuando veía a su nieta estudiar historia y luego su madre le preguntaba la lección, decía: "Que lástima de chiquilla, a ver que falta le hace a ella saber lo que pasó hace un montón de años con Napoleón o con los egipcios cuando eso a ella no le sirve para nada. Lo que hay que estudiar es matemáticas, lenguaje y geografía, que sirven para poder manejarte en la vida. Así es que deja a la chiquilla que se vaya a jugar y que se deje de tonterías de la historia que el día que ella quiera saber algo de eso ya cogerá un libro y lo leerá ".
Como podéis imaginar, Miguel fue el único de sus hermanos que no estudió una carrera universitaria, aunque tenía una gran cultura, pero adquirida a base de leer lo que a él le apetecía, cuando a él le apetecía.


También está Teresa, la abuela de mi amiga Mª Teresa que decidió a sus 75 años y después de haberse jubilado como maestra, que a partir de ahora haría lo que le diera la gana. Cansada de los horarios de la escuela cuando trabajaba y con dinero suficiente para vivir hasta que llegara el día de su último viaje, decidió dedicar el resto de su vida en cuerpo y alma a su gran pasión: La lectura. Así es que se puso manos a la obra y contrató a una chica interna para hacerle compañía, además de la que ya tenía para hacerle los recados y los quehaceres de la casa. Un día fue al banco, sacó una cantidad considerable de dinero como para no tener que salir a la calle para nada y se instaló en su salón cómodamente para disfrutar de sus amados libros. Lógicamente su familia, entre ellos mi amiga Mª Teresa, insistían en que tenía que salir a andar, a pasear, para moverse ya que no era bueno para ella estar en casa sin hacer ninguna clase de ejercicio.
Entonces, ella muy tranquilamente les decía: "Pero bueno, qué me estáis contando de que tengo que andar para no quedarme imposibilitada, cuando no sirve para nada y si no, ahí está el ejemplo de Antonio el bailarín, que se pasó toda su vida moviéndose bailando y viajando por todo el mundo y al final se murió sentado en una silla de ruedas".

¿Qué?, ¿Tenía o no tenía una filosofía práctica de vida la abuela de mi amiga Mª Teresa?


Muy en esta filosofía de vida está Matías, el abuelo de mi vecina Rosi, que se pasaba el día sentado viendo la televisión. Esto "ponía de los nervios" a toda la familia y no paraban de decirle que tenía que ejercitar la mente con algo porque eso era bueno para activar la memoria y retrasar algún tipo de enfermedad mental, así es que, podía dedicar un ratico del día a leer el periódico o algún libro o revista o a hacer crucigramas, lo que fuera, pero que dejara de estar sentado frente a la televisión todo el día. Entonces él contestaba: "¡Vaya hombre, ahora yo voy a perder la cabeza por ver la televisión!, ¿Qué tendrá que ver eso?. Mira Adolfo Suarez, el ex presidente del gobierno, que después de tanto como leyó y estudió ahora tiene Altheimer.


Siempre me había extrañado que la amiga de mi prima Lola, médico y super pija "divina de la muerte" no tuviera carnet de conducir. Un día, tomando un café con ella tuve ocasión de preguntarle porqué razón, siendo ella un mujer que trabajaba fuera de casa, moderna, y a quien le encantaba ir de compras, no tuviera carnet de conducir.
Me quedé sorprendida con su respuesta: "Pero bueno, parece mentira que me lo preguntes tú que sí lo tienes. Yo no tengo carnet de conducir porque al contrario de lo que tu te crees, el carnet de conducir no te proporciona independencia, sino más cargas para ti. Yo a mi trabajo voy andando y de paso me sirve para hacer ejercicio. Pero piensa que si llueve, si los niños van a un cumple, si hay que recogerlos del fútbol, si hay que ir al supermercado, si hay que llevar a los abuelos al médico o a la estación para ir de viaje, si hay que llevar a los amigos de los niños a su casa...es mi marido quien lo hace porque yo no conduzco. En caso de que mi marido no pueda, siempre hay una amiga que conduce o el padre de cualquier amigo de los niños. Cuando vamos de boda o de cena yo no tengo discusiones con mi marido para ver quien se queda sin beber para volver a casa en coche, precisamente porque yo no conduzco. Además te digo una cosa, no sabes lo bien que sienta bajarte del coche en pleno centro de la ciudad y meterte en una tienda mientras que tu marido busca aparcamiento como loco por todos lados.¡La de tiempo que yo perdería cuando voy de compras si tuviera que aparcar!". "Además, cuando no puedo contar con mi marido, pues cojo un taxi y siempre me sale más barato que tener un coche"

De verdad que me llegó al alma esta filosofía de vida tan egoistamente práctica y hasta creó un conflicto en mí. Pero afortunadamente ya lo solucioné, porque prefiero quedarme con mi carnet de conducir y compartir las tareas, que vivir sólo pensando en mi persona.


La verdad es que todas estas filosofías de vida me despertaron más de una sonrisa en su momento y por eso quería compartirlas con vosotros, y bueno... quien sabe si quizá adoptéis alguna de ellas.





Hasta la próxima semana.

1 comentario:

  1. Querida... ¡te agradezco, mucho, mucho, descubrirme tu blog!
    Este es el primer artículo que he leído y me ha gustado mucho. Me parto con el "o se muere papa o cenamos" jajaja.
    Es cierto que cada uno se monta su filosofía de vida, que puede parecer inadecuada a ojos de los demás; creo que aquí lo importante es bucear un poco (si te gusta reflexionar, claro) y ver POR QUÉ esas personas han elegido hacer eso y no otra cosa. Puede ser por una vida anterior represiva, porque los han educado para la competición, por pérdida de estímulos, por aburrimiento, por rebeldía...

    La médico que no conduce es una crack, por cierto, ¡qué bien se vive así! XD

    Un saludo!

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