martes, 14 de junio de 2011

¡¡JAJA!! JUVENTUD ETERNA ¡¡JAJA!!

     Cuando empecé a escribir éste artículo no tenía pensado el título, pero justo al poner mi dedo en la primera tecla, me salieron las carcajadas del alma. Lo que no tengo muy claro es si responden a una risa irónica o de reproche.

Esta semana he leído en una revista que Victoria Beckam está alarmada por su rápido envejecimiento(¿?).
Siente que el seco y caluroso clima de Los Ángeles está dejando su piel mucho más seca facilitando el nacimiento de las líneas de expresión en su rostro (es decir, que le han empezado a salir arrugas) y está dispuesta a dejar el país si no encuentra la manera de suavizar las arrugas sin recurrir al bótox.
Me quedé helada cuando lo leí.
Y digo yo... ¿Es capaz de someter a  sus hijos, su marido, su trabajo, su hogar y cambiar sus vidas sólo porque a ella le han empezado a salir arrugas?. Por favor, ¿No hay nadie capaz de recordarle que tiene 37 años y que ya era hora de que le salieran?.
Es evidente la Beckam pertenece a ese grupo de mujeres que se dedican a querer ser jóvenes a la fuerza y al precio que sea.

¡Dios! ¡Qué ganas tenía de hablar de éste tema!

Llevo mucho tiempo queriendo decir que me dan miedo las mujeres que no quieren envejecer y como consecuencia de ello, han perdido "el norte" en su belleza y confieso que me niego a participar en una sociedad que idolatra la juventud y acrecienta el miedo a envejecer, que ensalza la belleza y rechaza la experiencia; una sociedad en la que para tener opciones hay que ser joven; una sociedad que se define como progresista, cuando en realidad es super machista al convertir a la mujer en invisible cuando deja de ser deseable.
Creo que aquellas sociedades que no se aprovechan de la sabiduría de sus mayores prosperan poco y mal.  ¿Aún no se han dado cuenta de que combinar la fuerza y la creatividad de la juventud con la experiencia y la serenidad de la madurez es una COMBINACIÓN IMBATIBLE?.

¡Claro que me encanta cuidarme! y me encanta dedicar un día a hacerme un masaje facial, o hacerme una pedicura con parafina, o ponerme queratina en el pelo y que mi peluquera me haga un masaje capilar de esos que te dejan flotando, o ponerme una de esas mascarillas que dejan mi piel como la seda. Por cierto, ¡que bién me siento cuando lo hago!. Evidentemente  no ser una ESCLAVA del espejo, de las dietas y la estética no es incompatible con cuidarse para sentirse  bien y estar ESTUPENDA.
Lo siento pero ME NIEGO a renunciar a comerme los churros de los viernes desayunando con mis amigas, o a que me mate el remordimiento por tomarme unas cervezas con sus tapitas correspondientes cuando me dé la gana, me niego a sentarme a cenar sola para comerme una ensalada y así no caer en la tentación de comer algo de lo que se ponga en la mesa, o a dedicar gran parte del día a machacarme en el gimnasio para tener unas curvas de vértigo, unas piernas de modelo, unos brazos atléticos y el pecho de una joven de 20 años para poder lucir un escote de escándalo. Prefiero dedicar ese tiempo a hacer ese montón de cosas que me gustan, que siempre tengo pendientes o sencillamente, a dedicarselo a los demás si me necesitan. Esto no quiere decir que  renuncie a cuidarme, ni a ponerme mis cremitas, ni a salir a andar o hacer un poco de ejercicio, pero categoricamente me niego a subirme al carro de "mi cuerpo es lo primero a costa de lo que sea".
    Una cosa tengo muy clara: Esa enfermiza obsesión por parecer más joven y disimular la edad te hace perder el entusiasmo y la pasión por la vida y te puede crear un grave conflicto que desemboque en un desequilibrio enorme hasta el punto de bajar tanto tu nivel de autoestima que llegues a creerte que eres capaz de vivir con 40 años como si tuvieras 20. Conozco más de un caso en que la madre se ha convertido en una auténtica rival de su propia hija; ambas compiten por lucir el mejor escote, la falda más corta, el pantalón más sexi, o el tacón más alto cuando salen juntas a ligar en el mísmo ambiente y con los mísmos amigos. Incluso algunas de ellas, se han disputado el mismo novio.

¿Cómo podemos quejarnos de que los niños quieran vivir como adolescentes y los adolescentes como adultos, si ven a sus abuelas usar ridículos tangas de tigre en sus operados culos que tapan con ridículas minifaldas y todo para parecer más jóvenes?. ¿Cómo podemos quejarnos cuando son sus propias abuelas quienes les prohiben que las llamen ABUELA para esconder que tienen edad de tener nietos?.

Si como decía mi madre: "Cada edad tiene su encanto" ¿Por qué no nos dedicamos a disfrutarla en lugar de disimularla?... ¿Porqué no nos empeñamos en aprovecharnos de lo mejor que cada edad nos ofrece?... ¿Porqué no dedicamos todos nuestros esfuerzos a VIVIR en lugar de volvernos locas aparentando que somos adolescentes a los 40?.
Queridas victimas de las dietas, las arrugas, el bótox y las liposucciones: OS GARANTIZO que hay vida más allá de los anoréxicos y juveniles cuerpos de las pasarelas. OS ASEGURO que LA ARRUGA ES BELLA si tú te reconoces en cada una de ellas, si cuando te miras al espejo y te las ves o te las tocas, las identificas como rasgos de tu personalidad que dibujan la historia de tu vida llena de experiencia (reconozco que esto suena cursi pero es una verdad como un templo).
Compadezco a aquellas personas -hombres o mujeres- que piensan que haber cumplido los 50 o tener la menopausia significa ser una mujer vieja y que no es compatible la madurez con la belleza.

     Como mujer, reclamo el derecho a vivir mi madurez sin complejos, sin obsesiones y con todo el respeto del mundo.Sencillamente reclamo mi derecho a envejecer dignamente tal y como vaya correspondiendo a mi edad y que no me anulen por ello. No olvideis nunca que la belleza está en los ojos y el corazón de quien la mira.
Por eso,quiero acabar éste artículo compartiendo con vosotros el piropo más sincero,  amoroso y bonito que me han dicho en la vida:
   ¡Mamá! - me preguntó mi hijo- ¿Sabes quién es la tía más buena del mundo y que NO mide 90 - 60 - 90?
-No, contesté yo.
¿Quién va a ser mamá?...   ¡¡¡TÚ!!!

     Pues eso.

              
                               Hasta la próxima semana.
    

7 comentarios:

  1. Ya te dije que ...ME ENCANTA!!!!!!!!!!!Soy María

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  2. Muy bueno y muy cierto, Mari Carmen. El culto al cuerpo se ha convertido en la tiranía más terrible en esta sociedad. Algún día tendrás que hablar de ese culto que no es ajeno a los hombres. He visto a ancianos de ochenta años paseando con los torsos desnudos en un patético intento de creerse que son jóvenes. Lo dicho, muy bueno y muy cierto.
    Andrés

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  3. Excelente artículo, has dicho verdades como templos.Es muy cierto eso de que cada edad tiene su encanto, y lo bueno de celebrar cumpleaños es precisamente cumplirlos, porque eso significa que los hemos vivido.
    Mari Lina.

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  4. Bueno no, buenisimo!!!!
    Siempre se ha dicho que la arruga ha sido bella.
    Lola T.

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  5. Encantado de leer tu artículo. Tengo una conocida con el problema que comentas: tiene 50 y quiere vivir como si tuviera 20. Eso no es malo pero, cuando quieres ser sólo la amiga de tus hijos, la novia de tu marido, ceñirte la moda de veinteañera, pensar sólo en aparentar menos, calcular con escuadra y cartabón el ángulo fotográfico idóneo, estudiar tu sonrisa constantemente, bajar 3 bañadores para pasar una mañana en la playa...Cuando perdemos el norte nos volvemos ridículos. Un saludo.

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  6. tan cierto es lo que dices! acaso no es lindo envejecer y convertirse en una elegante señora?? tengo 28 años y deseo hacerlo asi. mi vecina de 70 ñaos viste, se comporta y trata de imitarme, hasta hace un gran esfuerzo por afinar el timbre de vos, calculo que al final del dia ha de dolerle la garganta! las viejas ahora odian a las jovenes! es detestable y son taaan ridiculas! extraño a las abuelas de antes! que hacian tallarines y nos contaban cuentos! yo sere una de ellas! lo prometo....

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