jueves, 16 de mayo de 2013

JUVENTUD DIVINO TESORO

La revista TIME ha publicado un artículo titulado "The Me Me Me generation" firmado por Joel Stein. El autor bautiza así a los jóvenes nacidos entre los años 1980 a 2000 y los califica como "vagos y narcisistas".

Me parece un riesgo generalizar de esa manera. Además, me parece imprudente e injusto catalogar así a todos los jóvenes nacidos en esa franja de años, porque su comportamiento para nada se ajusta al patrón que él describe.

Es cierto que desgraciadamente para ellos y para nuestra sociedad, existe un elevado número de jóvenes egoístas, derrochadores, vagos, superficiales e individualistas que son capaces hasta de insultar y a veces incluso hasta maltratar a sus padres para conseguir sus deseos. Son jóvenes que desaprovechan la irrepetible oportunidad que les da la vida de vivir una juventud creativa, divertida, llena de fuerza, ganas y posibilidades para forjar su futuro y su personalidad.
No sé realmente de quien puede ser la culpa, si es que buscamos culpables para explicar su comportamiento, pero lo que sí sé es que hemos construido una sociedad que ha contribuido y mucho, a que ahora recojamos los frutos de haber educado en la inmediatez, en la comodidad, en la falta de normas y de respeto. Fueron niños educados en el "lo quiero, lo tengo" y peor aún, en el "lo quieres, lo tienes", aunque para ello sus padres hayan tenido que hacer un esfuerzo titánico. Son niños educados sin permitirles que se disgusten por nada, porque al menor gesto de enfado, al menor puchero, todos se movilizan en la familia para evitar que ni tan siquiera una lágrima ruede por su cara. Sirva como ejemplo el caso que os voy a contar que es real como la vida misma:
Me encuentro en el Centro de salud a la hija de una amiga de mi madre que tiene 29 años(la edad de uno de mis hijos) y que llevaba de la mano a su primer y único hijo de DOS AÑOS. Después de los saludos pertinentes le pregunto que si ha venido al médico porque está enferma y me dice que no ha venido por ella, que ha venido al pediatra porque tiene un problema con su hijo. Resulta que NO PUEDEN CON EL NIÑO. El niño se duerme a las 12 ó la 1 de la madrugada, duerme la siesta a las 7 de la tarde, come sólo lo que le gusta y lo que no le gusta te lo escupe a la cara. El niño cuando se enfada le da patadas a todo el que hay a su alrededor y tira todo lo que está su alcance y claro, ella quiere que el pediatra le diga como puede solucionarlo.

- ¿Que no puedes con un niño de 2 años?-le pregunto-

-"Nada, no hay manera, como es hijo único, nieto único y sobrino único pues está muy consentido".

-¿Y para eso vienes al pediatra? -le pregunto asombrada-

-"Si, pero no me ha servido para nada"-me contesta-, "porque le he dicho que si llevo al niño al psicólogo y me ha dicho que quien tiene que ir al psicólogo soy yo, no el niño".

-Que acertado el pediatra-pensé yo-

En esas entremedias me acerco a la criatura para darle un beso y el niño se pone a chillar y a esconder la cara, pero me coge del pelo, me da un tirón y se mira la mano.

- ¿Ves lo que hace?-dice la madre-"Te pega un tirón y se mira la mano para ver si te ha arrancado algún pelo"

-Pues regañalé tú -le digo yo- y hazle entender que eso no se hace ni tú se lo permites.

-¿Qué quieres que me líe un escándalo aquí en la consulta del medico?, "además él todavía no entiende lo que le digo"

Me parece que en la educación, como dice el refrán: "De aquellos barros, vienen estos lodos".
Lo cierto que ahora estamos recogiendo el fruto de educar sin potenciar el sacrificio ni el compromiso y eso siempre pasa factura. Estamos viviendo las consecuencias de educar sin inculcar el respeto a las normas,el respeto a la educación en la mesa, de someterse a unos horarios, de ayudar en las tareas de casa, de aceptar que los jefes son los que mandan aunque no lleven razón. Porque muchos tienen una reticencia absoluta a acatar la autoridad de los demás, ya sean profesores, directores, fuerzas del orden público o sanitarios. He escuchado cientos de veces la declaración de derechos que les asisten a los pacientes cuando están en un hospital, pero aún estoy esperando a que ellos cumplan alguna de las obligaciones que tienen como usuarios de un servicio público.
Algunos alumnos y algunos padres han provocado que se pierda el respeto al profesorado cuestionando constantemente su trabajo y eso trae como consecuencia una falta de respeto a la autoridad que se refleja en burlas y hasta agresiones a los profesores.
Estoy hablando de unos jóvenes que han crecido en un mundo marcado por la prosperidad económica, el desarrollo tecnológico y los cambios. De unos jóvenes que han visto esforzarse a sus padres al máximo para conseguir las cosas y para que a ellos no les falte de nada. No se si es que a ellos se les ha mantenido al margen de ese esfuerzo o son ellos mismos quienes han preferido mantenerse al margen, no lo se, pero lo cierto es que no ha sido una tarea en familia, donde todos nos hemos sacrificado y juntos lo hemos disfrutado.¡Mucho me temo, que esta superficialidad no es sólo cosa de los jóvenes!.
Son unos jóvenes que están dispuestos a asumir RETOS pero NO COMPROMISOS, que se han acoplado en una sociedad consumista que te identifica por lo que eres o puedes llegar a ser, pero no por lo que vales. Esto se refleja incluso en sus relaciones amorosas, donde salimos juntos a divertirnos pero cada uno lleva su vida al margen de los problemas o dificultades del otro:

-"Si a mi novia no la dejan salir hasta las 4 de la madrugada, es su problema."
-"Si mi novio no tiene dinero para ir al concierto qué quieres que haga".
-"Si mi novio tienen que estudiar que se las apañe"......

Han desarrollado una personalidad centrada en ellos, con un marcado hedonismo y se compadecen de ellos mismos cuando algo no les sale a su gusto. Tienen dificultad para asumir compromisos y se mantienen lejos de atender las necesidades emocionales de los demás. Se han criado con las nuevas tecnologías y las redes sociales y no han sabido hacer un buen uso de ellas. Alardean de tener 500 "amigos" en las redes sociales y están presentes en facebook, twenty y twitter, lo que requiere una presencia constante pero no cara a cara, sino detrás del ordenador o del teléfono.
No saben nada de comunicación no verbal y aún siendo la generación mejor preparada de todos los tiempos tienen fobia a los exámenes orales o a hablar en público. Se preparan magníficas presentaciones en power point o maravillosas transparencias para hacer una exposición o presentar un trabajo, pero son incapaces de ponerse delante de otros para hablar. Están acostumbrados a representar sus emociones con emoticones o con mutiladas palabras llenas de faltas de ortografía. Mucho me temo, que cuando la comunicación no es directa, cara a cara, se pierde la capacidad para empatizar con los demás.

Es cierto que los jóvenes que acabo de describir son muchos, pero también es cierto que son muchos, muchísimos esos otros jóvenes llenos de ilusión y ganas, que saben de que va esto de ser joven y que no es incompatible divertirse y salir con ser responsable y tener obligaciones. Que colaboran con una ONG, o que viven en pisos compartidos con personas mayores, o que cuidan de sus abuelos o hermanos menores mientras que sus padres trabajan o salen de paseo. Jóvenes que hacen un esfuerzo constante por formarse y prepararse y que no le duele en prendas trabajar en verano de camareros, en la recogida de la aceituna, o cuidando niños.Que se buscan un trabajo digno, por muy duro que sea para contribuir a la economía familiar. Son jóvenes acostumbrados a administrar el dinero que le dan sus padres para mantenerse cuando están estudiando y que se saben cual es el supermercado que tiene los mejores precios. Son jóvenes acomodados pero con ganas de empezar a trabajar en lo suyo y que ante la dura situación del mercado laboral que tenemos, no le duele en prendas irse fuera de España a buscarse la vida y trabajar en lo que les salga hasta que encuentren un puesto de trabajo en lo suyo. Son jóvenes emprendedores y espabilados, que no dudan en ayudar a sus compañeros y que tiran al contenedor la basura de su botellón. Son jóvenes con ganas de aprender y que hacen un uso provechoso de las nuevas tecnologías, que seguro que harían mucho más servicio a la sociedad como asesores de los políticos que muchos de los asesores que ahora tenemos.


Por eso quiero acabar este artículo diciendo lo mismo que al empezar. Dejando claro que no se puede generalizar y meter a toda la juventud en el mismo saco y que quizá nosotros los adultos, los ya formados y con trabajo tengamos mucho que ver en este modelo de sociedad que hemos construido, donde se idolatra el parecer siempre joven en contra de la propia naturaleza, consumidora compulsiva de cremas anti edad y que se machaca en los gimnasios para después rozar a veces el ridículo vistiendo las ropas de sus hijos.

Vaya desde aquí mi homenaje a ellos por su valía y una llamada de atención para que se aprovechen de la experiencia y la sabiduría de los mayores.






Hasta la próxima semana.

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