martes, 22 de noviembre de 2011

HABERLAS..........HAILAS

       Pués HABERLAS, HAILAS........ Y no hablo de brujas precisamente, sino del caracter que tienen  determinadas mujeres y que las hace únicas.       Yo antes pensaba que eran algún caso aislado, pero NO, NO, NO, con el paso del tiempo y mis vivencias a lo largo y ancho de ésta España nuestra, me he dado cuenta de que son mucho más frecuentes de lo que yo imaginaba.

     Es cierto que son estereotipos extrapolables a los hombres, pero no nos engañemos, son mucho más frecuentes en las mujeres, o al menos los casos que yo conozco. Ya le tocará a ellos en otro artículo.

    Aquí os defino algunos de esos modelos y estoy segura de que le podreis poner cara y nombre, porque los identificareis con alguien que conoceis. Si no es así, dedicaos a observar al personal a partir de ahora y los reconocereis.

      Las primeras de todas son las que yo llamo "ROTVAILER":
 Estas son tremendas y nunca he conseguido entenderlas.  Cuando abren la boca, su voz suena a una mezcla de cascarrabias, amargura, poca gana y mala sombra. Todo lo dicen gruñendo, sea bueno o malo. Y si la cosa es desagradable... pues vale, ¡pero tiene tela! cuando te estan contando que su hijo ha sacado una notaza en selectividad....... o que su hija ha empezado a andar........ o que se estan haciendo una casa nueva.... y como te lo dicen todo con ese tono tan aspero, con tan poco entusiasmo y con esa desgana en su cuerpo y en su espíritu, pues una siente que se va contagiando poco a poco de cierta tristeza.
    Recuerdo una tarde que estábamos en el parque con los niños y se pusieron a pedir chucherias. Todas las madres le empezamos a decir a los niños lo típico: que sólo una o dos chuches, que nos dijeran qué chuches iban a comprar, que tuvieran cuidado, en fin, todas esas cosas que las madres decimos a los niños cuando no son muy mayores y van a comprar chuches. Entonces, esa madre "rotvailer" que estaba a mi lado, saca el monedero, mira de reojo a la niña, le frunce el ceño y le dice...grgrg¡¡¡¿vas a comprar chucherias o guardo ya el monedero?!!!grgrg. Yo me quedé impactada por esa sequedad de caracter y para crear un poco de buen ambiente, le dije a "la rotvailer": ¡Que simpática es esta niña, siempre está sonriendo!; ella, impasible me contestó: grgrgr sí, es que ha salido a la familia de su padre que es muy simpática grgrgr.
     A mi estas me desquician, porque el mal humor me pone especialmente nerviosa y más aún cuando ese mal humor es gratuito.

    Luego están "LAS OLIMPÍCAS":
 Estas son las que viven para colgarse constantemente medallas, (de ahí lo de olímpicas) que además se otorgan ellas mismas, por sus propios méritos y según su propio criterio. Las conversaciones con ellas se reducen siempre a lo mismo: "y yo más"...
  Si se te ocurre contarle que padeciste una  enfermadad grave, ellas la tuvieron muchissisímo más grave, o a falta de padecerla ellas, la padeció su fulanica o su menganica, pero ellas la sufrieron con ellas y eso................
         ¡Se merece una medalla!
 Si el parto de tu hermana fué complicado... ¡bah! nada comparable al de ellas y encima lo sufridas que fueron, y eso.............
         ¡Se merece otra medalla!
 Si tu prima lo está pasando mal, porque sus padres son mayores, y está dedicada a ellos dia y noche y médico por aqui, hospital por allí...eso no es nada para lo que ellas sufren con los suyos, y eso..............
         ¡Se merece otra medalla!
 Yo con las olímpicas me aburro mucho, porque son totalmente previsibles y de antemano sabes lo que van a decir y como va a acabar la conversación.
 Si no conoceis a ninguna olímpica, no sabeis de lo que os librais, porque son insufribles.

     Otras son "LAS EMPALAGOSAS": Estas son las que tienen un pavo que se lo pisan. Tienen 30 ó 40 años, y parece que tienen 12, porque ellas mismas rezuman inmadurez por los mismos poros de su mismo cuerpo. Cuando ellas hablan se extiende un halo de miel y azucar a su alrededor que te "empacha", porque no se puede aguantar oir tanto cariño por aquí, tanto cielo por allí, tanta sonrisa profiden, tanto gacherio al hablar... Son como tontitas adolescentes atrapadas en cuerpo de mujer que se caracterizan por sonreir sin parar y usar diminutivos constantemente. Es decir, que de cada seis palabras cuatro son diminutivos, y puedes escuchar palabritas como sofalito, bebito, collarito y todos los "itos" del mundo. 
   Hace poco, me tocó una al lado en una boda. El caso es que desde que llegué a la mesa, yo ya noté que se mascaba la tragedia. Todo el mundo estaba de pie  pero nadie se sentaba, hasta que yo inocentemente dije: "vamos a sentarnos¿no?" todos esperaron a que la empalagosa se moviera y justo cuando ella se sentó no sé como se pusieron todos a dar vueltas, pero el caso es que yo de pronto me vi sentada a su lado. Cuando miré las caras de los demás comensales, podia leer en ellas: ¡Ahí la llevas!...
Y la conversación que tuvimos fue lo más:
"Está bueno el pescado" -dije yo-
"Sí, pero me da penita comerme los animalitos" -dijo ella-
"Ya con la carne no puedo más" -dije yo-
"Sí, pero es que hay que comersela, porque mi mamá me decía desde pequeñita que no se deja nada en el plato".
     Estas son desesperantes, porque ta dan unas ganas de gritarles tonta del bote, que si estas mucho tiempo a su lado, acabas diciendoselo porque no hay cuerpo humano que aguante tanto empalago de mujer.

     Y las últimas son: "LAS SIN SANGRE":
 ¡Yo no puedo con ellas!, me ponen a 1.000 revoluciones por segundo. Estas son las que cuando te cuentan algo, les da igual lo que tengan que decir, porque todo te lo cuentan con el mismo tono de voz y en la misma intensidad. Todo te lo dicen con tal asepsia afectiva, con tal desidia y tan poco entusiasmo en su cuerpo y en su espíritu que te cabrean.
    Porque ellas cuando hablan, no manifiestan alegrias ni penas, ni gustos ni disgustos, ni enfados ni satisfacciones, ni aburrimiento ni pasión, ni llanto ni risas, ¡ni na de na de na!. Nunca entenderé cómo una persona te puede decir con el mismo tono de voz, sin inmutarse, que hace mucho frio o hace mucho calor.
-------------------- Ellas son como un encefalograma plano-------------------------
 y para remate son lentitas en sus relatos, con lo que el pestiñazo que tienes que aguantar no hay quien lo soporte y eso te desquicia, te hace que te den ganas de cogerla por los brazos, zarandearla, mirarla a los ojos, acercarte al oido y gritarle: ¡¡¡¡Agggggg ¡estas viva?!!!!!! Agggggg¡¡¡¡¡¡ ¿Es sangre o es horchata lo que tienes en las venas?!!!!!!
   Y así, mientras que ella habla, tú supuestamente estás escuchandola, pero en realidad estás pendiente de todas las conversaciones que tienen los que te rodean. Miras a un lado y ves a tu amiga riendose a carcajadas mientras que habla con uno. Miras al frente y ves al otro entusiasmado contando las aventuras de su último viaje. Miras a la derecha y ves a los otros haciendo gestos y muecas mientras hablan... y tu ahí inmovil, sin sonreir ni llorar, aguantando mecha y todo porque tu educación no te permite largarte y dejarla con la palabra en la boca, ni decirle lo aburridiiiiiiiisima que es. Así es que a aguantar toca, hasta que alguien pase por allí y se la puedas encasquetar, o hasta que tengas la suerte de que suene tu móvil y te puedas escaquear.
  Nunca olvidaré una noche que entraba yo a un pub a tomar una copa, y mientras que los demás aparcaban el coche, una amiga y yo, nos paramos en la entrada para esperarlos. Al momento, salió una señora de unos 50 años´con su móvil en la mano y diciendo":--------------------------------------- Paco vente al pub del Manolo que nos han tocado 200 millones"-------------------------------- y colgó.
Yo, por supuesto que no creí que fuera verdad, porque no es posible que alguien a quien le tocan 200 millones, ni grite, ni se ria, ni llore, ni se inmute lo más mínimo, así es que pensé que era una de esas que "tienen mala bebida" y cuando se pasan bebiendo se dedican a gastar bromas pesadas a los demás, y le dije a mi amiga: "Tiene tela que esta se pase bebiendo y se ponga a despertar a la gente a las dos de la madrugada para gastar bromas".
 ¡Pero cual sería mi sorpresa cuando entro en el pub y me dicen que estamos invitados a las copas porque a esa señora le ha tocado la lotería primitiva!. Yo me quedé de piedra y no hacia otra cosa que imaginarme a mí, celebrando un premio de 200 millones de pesetas.

     Y yo digo como decia mi abuelo cuando alguien no le gustaba:"No quisiera ser yo su sombra porque tendría que estar todo el día pegada a ella".



              Hasta la próxima semana.

    
      
    
      

    
    
     

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